sábado, 3 de febrero de 2007

Intolerancia clerical

Lima, 29 de enero de 2007
Respecto a ‘Capilla Ardiente de CARETAS 1960, el obispo José María Ortega no tiene reparo en decir que expulsó a un seminarista por ser jorobado. Debería saber que el padre Gustavo Gutiérrez también tiene una limitación física que no le ha impedido llegar a ser el sacerdote más ilustre del Perú. Este acto lo pinta como lo que es: un intolerante que discrimina.
Héctor Velásquez Chafloque
DNI 06994867

Esa es la confesión más franca y menos religiosa que ha publicado CARETAS. El Obispo merece ser despeñado por el propio Cuasimodo.

Carta publicada en Caretas, 01/02/07.

viernes, 26 de enero de 2007

En el Suradino, OPUS DEI margina y discrimina a un seminarista con discapacidad

Capilla Ardiente
Con inmutable franqueza, obispo de Juli (Puno, Perú) confiesa que expulsó a un seminarista por tener una joroba.

En la plaza de Huancané, el obispo de Juli, José María Ortega –miembro del Opus Dei–, nos responde luego de celebrar la eucaristía. Acepta que en la misa de difuntos del primer sacerdote aimara dudó si éste se encontraba “en el infierno o en el purgatorio”. Advierte que su peor defecto es hablar sin tapujos.

–¿En el ámbito del sur andino ha habido un exceso de ideología más que evangelización?
–Le he dicho a mis sacerdotes que no pueden meterse en política. Las instituciones sociales de mi prelatura estuvieron muy pegadas a temas como la Concertación de Lucha Contra la Pobreza que es un asunto del Estado, un asunto político. Luego, todo el tema de la Comisión de la Verdad.

–¿En Ácora, en la misa de difuntos del sacerdote Domingo Llanque (*), usted dijo “que no sabía si el padre estaba en el infierno o en el purgatorio”?
–O en el cielo, sí.

–¿Era pertinente decirlo en una misa de difuntos?
–Yo predico lo que tengo que predicar. Era mes de noviembre y hay que predicar las verdades eternas, juicio, muerte, infierno y cielo.

–¿Hay un seminarista, Edwin Ramírez Pichini, que salió del seminario de Chuchito por tener una discapacidad?
–Ah, tenía una joroba. Sí, yo conversé un día con el rector y, bueno, le dije “mira, tú sabes que a veces estas cosas… que si un sacerdote tiene una joroba que le va
creciendo cada vez más… tú sabes que en un sacerdote esas cosas hay que cuidar”.

–Pero, perdón, ¿usted le dijo que no podía seguir porque era jorobado?
–Yo le pregunté y me dijo que tenía una joroba. Evidentemente, según el Derecho
Canónico hemos de cuidar un poquito estas cosas.

–¿Y el Derecho Canónico qué dice explícitamente?
–Cuando hay cosas de defectos físicos, es mejor invitar más bien que no se ordenen sacerdotes. No es ningún canon. Pero sí dice que para candidatos para el sacerdocio hemos de ver hasta físicamente. Vamos a decir, defectos físicos que son pronunciados, hay que procurar… porque se pueden burlar luego del sacerdote. Pero además tiene un carácter muy grave porque siempre reacciona muy fuerte.

–¿Le preocupa que haya panfletos en Ilave, en los que la población se opone a la visión pastoral de los nuevos obispos de Ayaviri y Juli?
–La verdad, no. No creo que sea gente de mi prelatura, creo que es gente de fuera. Pero sí me hicieron leer el panfleto y puedo decir que es una persona que conoce de la Iglesia. Puede ser un sacerdote, un religioso, una religiosa. No lo sé.

(*) El Padre D. Llanque ejerció 36 años de sacerdocio en parroquias de Juli. Publicó 9 libros sobre el valor de la cultura aimara.
Publicado en Caretas, 25/01/07.

miércoles, 17 de enero de 2007

La incierta Navidad del Padre Francisco

Wilfredo Ardito Vega

En estos tiempos, muchas personas critican a la práctica religiosa como una repetición monótona de rituales externos, llevados a cabo para complacer a una divinidad punitiva y arbitraria. En un país como el Perú, esta perspectiva casi mágica de la religión puede ayudar a las personas a evadirse de sus problemas cotidianos.

Sin embargo, varios episodios ocurridos la semana pasada nos muestran situaciones muy distintas: el lunes, los vecinos de Barranquita, en San Martín, encontraron la iglesia de madera pintarrajeada con amenazas al párroco italiano Mario Bertolini. El responsable no sería otro que Francisco Pashanasi, el alcalde saliente del partido aprista, quien a nombre de la municipalidad, declaró hace unas semanas a Bertolini persona no grata, acusándolo de “divisionista, conflictivo, proselitista político, agitador y marginador del pueblo y desarrollo social”.

En realidad, Bertolini, desde la radio La Voz de Caynarachi, ha venido apoyando a los campesinos en cuyas tierras ha puesto la mira la empresa Palmas de Espino, del grupo Romero, con el respaldo del alcalde. Al parecer, éste quería vengarse del párroco, porque ahora ha perdido las elecciones y su sucesor será un líder campesino que ha luchado por la titulación de las tierras de los campesinos.

El obispo de Yurimaguas, José Luis Astigarraga, se pronunció respaldando la labor de Bertolini y ese mismo día, en Cajamarca, el obispo Carmelo Martínez y numerosos sacerdotes expresaron su condena e indignación frente a los operativos de seguimiento y las campañas de difamación contra Marco Arana y otros dos sacerdotes (RP 111, 122, 124).

Los sacerdotes y el obispo exigieron también una profunda investigación y “sanciones ejemplares a los autores materiales e intelectuales de actos que van en defensa de la vida y del medio ambiente”. La referencia a los autores intelectuales es interesante, porque según el diario La República , detrás de estos hechos estarían las empresas Forza y/o Yanacocha. Hace algunos meses, los sacerdotes cajamarquinos suscribieron otro pronunciamiento citando a Juan Pablo II, cuando advertía preocupado: “Las razones de producción prevalecen a menudo sobre la dignidad del trabajador, y los intereses económicos se anteponen al bien de cada persona, o incluso al de poblaciones enteras”.

Ahora bien, en otros lugares del Perú, es más difícil para un sacerdote mantener su compromiso con los más pobres: el pasado lunes, en la Biblioteca Nacional la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos otorgó un reconocimiento especial a Francisco Frisch, quien después de 35 años al servicio de los derechos humanos en Puno debe retirarse por decisión del nuevo obispo de Ayaviri.

La partida de Frisch se une otros traslados no deseados y a la renuncia de cinco sacerdotes que enseñaban en el seminario de Juli. Los nuevos obispos de Juli y Ayaviri perciben que en las últimas décadas, la Iglesia del Sur Andino, tan comprometida con los derechos de los campesinos, desde la lucha por la tierra hasta el enfrentamiento con los grupos subversivos, no ha desarrollado un trabajo evangelizador, sino mas bien político.

Ambos jerarcas sostienen que ni la gobernabilidad de la región, ni el seguimiento a las recomendaciones de la Comisión de la Verdad ni el acompañamiento a las rondas campesinas (ya no digamos el pronunciamiento de sus predecesores sobre el TLC) son acciones que le correspondan a la Iglesia. En este panorama, los dos principales organismos de derechos humanos de la región, las Vicarías de Solidaridad de Juli y Ayaviri, corren el peligro de ser desmantelados en cualquier momento.

No queremos señalar, sin embargo, que los nuevos obispos sean insensibles hacia la pobreza lacerante de esta región. La diferencia estriba es si la pobreza debe ser atendida sólo mediante actos caritativos (que en realidad buena falta nos haría practicarlos a los peruanos) o fomentando en los pobres la toma de conciencia sobre sus derechos.

Este último enfoque es el que corresponde a la Teología de la Liberación , cuyo principal referente peruano ha sido Gustavo Gutiérrez. Precisamente, el 1º de setiembre la Conferencia Episcopal anunció que, según la Congregación para la Doctrina de la Fe , no existen objeciones teológicas o pastorales a las enseñanzas de Gutiérrez. Sin embargo, los medios de comunicación evitaron difundir este pronunciamiento, porque, claro, quienes tienen poder no desean admitir que la pobreza es un pecado social o que los pobres tienen derecho a luchar por su liberación.
Esperemos que el ejemplo de los obispos de Cajamarca y Yurimaguas ayude a reflexionar a sus colegas de Juli y Ayaviri, pero el ánimo de los sacerdotes y religiosas que trabajan en el Sur Andino parece mas bien representado por el mensaje navideño del Padre Frisch que adjuntamos a esta RP.

En medio del periodo más consumista del año, hacemos llegar nuestra solidaridad a todos aquellos que creen que Jesús no vino al mundo para ser recordado en una celebración de ostentación y de opulencia, sino para ayudarnos a construir una sociedad más justa y más humana.
Reflexiones Peruanas N° 125.

Carta de Navidad del P. Francisco Fritsch, Premio Nacional de Derechos Humanos del Perú 2006

Sur andino, Navidad 2006

Wauqueypanaykuna,
Queridos amigos,

En estas fiestas navideñas, quisiera animarles a seguir fieles a Jesús Liberador y a la Iglesia Pueblo de Dios. Muchos de Ustedes saben lo que me pasó: la expulsión de la prelatura de Ayaviri por el nuevo Obispo de Sodalicio. El rompió mi contrato de misión pastoral “Fidei Donum” de 5 años de manera autoritaria y unilateral, sin tomar en cuenta los otros tres signatarios: mi obispo de Estrasburgo, el CEFAL (Comité Episcopal Francia América Latina) y el interesado. ¿Por qué? -Porque dije en público que el pueblo cristiano quechua, después de 500 años de evangelización, merecía tener un obispo quechua.

El concilio Vaticano II reconoce a los cristianos el derecho a la libertad de expresión: “Debe reconocerse a los fieles, tanto clérigos como laicos, la justa libertad de investigación, de pensamiento y de hacer conocer humilde y valerosamente su manera de ver...” Pero sabemos que a los nuevos obispos que llegan al sur andino no les gusta mucho el concilio Vaticano II: Ellos piensan poseer la verdad y quieren imponerla a los demás. Se creen los dueños y los salvadores de la Iglesia. Esperemos que no sean sus sepultureros. ¿Y nosotros seremos la nueva Iglesia del silencio?

Hace 33 años, el general Pinochet me expulsó de Chile. La orden de expulsión decía:”Es expulsado del país por atentar contra la seguridad del Estado”. Y ahora estoy expulsado de la prelatura de Ayaviri por el obispo. ¿ por atentar contra la seguridad o la unidad de la Iglesia? Por el momento, son más bien los nuevos obispos del sur andino que atentan contra la unidad de la Iglesia porque no respetan las opciones ni el trabajo pastoral de 90% de los responsables de pastoral que trabajan aquí desde hace muchos años. Me acuerdo las palabras que he leído en los muros de las cárceles chilenas: “Pueden cortar todas las flores pero no pueden impedir que vuelva la primavera”:

¿Qué nos reprochan estos nuevos señores de la Iglesia , que no son “Misseñores”? De hacer política en vez de evangelizar, de“ideologizar”en vez de pastorear, en una palabra de ser subversivos. Somos y queremos ser subversivos, en el sentido etimológico de la palabra: queremos cambiar las cosas desde abajo. Si Jesús no hubiera sido subversivo en ese sentido – los sumos sacerdotes le acusaron de sublevar al pueblo – hubiera muerto de viejo en una cama. La subversión es necesaria en la Iglesia como en la sociedad. Pedro Casaldaliga contestó a los cardenales Ratzinger y Gandin que le reprocharon de “revolucionar la Iglesia ”: “Si, hay que revolucionar permanentemente nuestra vida personal por la conversión. Hay que revolucionar permanentemente la sociedad cualquier sea el sistema o el régimen. Hay que revolucionar constantemente la Iglesia para que sea siempre más evangélica”. Si la palabra “revolución” les asusta o les parece pasada de moda, pueden remplazarla por “cambio”.

La Iglesia o más bien algunos miembros de la jerarquía me hacen sufrir: La Iglesia me duele. En ese caso, mi primer reflejo es recentrarme, volver a lo Esencial: El que es Primero: Jesucristo que me dice:”Amen a sus enemigos.” No nos dice que no tengamos enemigos porque es imposible no tenerlos si defendemos la gente del pueblo. Cuesta caro si uno quiere ser libre y quiere ayudar a la gente a liberarse y a vivir de pie. Mi segundo reflejo es relativisar. La Iglesia es segundaria o más bien segunda. Ella está al servicio del Reino de Dios, de la Justicia y de la Fraternidad entre los hombres. La Iglesia está fundada por Jesús para servir y no para dominar a los hombres. La Iglesia no es un cuartel ni un wawahuasi, un jardín de niños para adultos, pero una comunidad de hermanas y hermanos libres y responsables.

Otra Iglesia, o más bien esta Iglesia otra es posible y no solo posible, deseable, virtual, sino ella es también real y presente. La mayoría de los cristianos viven y creen en ella. En la Iglesia hay que respetar “el derecho a la diferencia, el derecho a la libertad de cada uno, el derecho a la democracia. La Iglesia debe ser la Voz de los sin-voces, la Iglesia de los excluidos no de la exclusión”: (Mons. Gaillot) Hasta ahora estuve feliz y orgulloso de pertenecer a la Iglesia en América Latina y sigo siéndolo. Tenía la gran suerte de vivir la extraordinaria apertura de la Iglesia al mundo querida por el concilio Vaticano II y su aplicación en América Latina con la teología y la pastoral de la liberación: “Doy gracias a Dios que me ha mandado servir a su querido pueblo y doy gracias a ustedes todos que me han acogido como a un hermano. En medio de Ustedes, de su pueblo y de su Iglesia, estuve feliz y me sentía en casa”. Así empecé mi homilía en las misas de acción de gracias y de solidaridad celebradas en Antauta y en la catedral de Ayaviri. En esta ocasión recibí de parte de responsables pastorales, laicas, laicos, religiosas y sacerdotes, muchos testimonios de solidaridad y de amistad. Gracias a todos.

De veras no me di cuenta que tanta gente del pueblo me estima y me quiere tanto. Mons. Francisco d’Alteroche, mi amigo y anterior obispo, declaró en este día a una televisión local”: Vivimos hoy un día de alegría y al mismo tiempo un día de tristeza; alegría por ver y reconocer todo lo que el padre Francisco ha sembrado durante 33 años en la prelatura de Ayaviri y en el sur andino. Día de tristeza también porque le vemos salir de Ayaviri sin que el mismo lo haya querido. Esta decisión viene de arriba y tenemos mucha dificultad en comprenderla”.

Ahora, ¿qué voy hacer? No lo sé todavía. Pero sé lo que quiero: seguir sirviendo a mis hermanos, los pobres, en Iglesia. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? Emmanuel – Dios con nosotros -, su Espíritu, mis amigos y mi conciencia me abrirán un camino ...
Feliz Navidad,
Francisco.

Carta de cinco sacerdotes de Puno

Esta carta de renuncia va dirigida a los rectores del seminario de Chucuito/Peru

Queridos Hermanos:

Reciban nuestro fraterno y cariñoso saludo ya casi al terminar el año académico. El 2006 quedará en el recuerdo como un año atípico en la vida del Seminario Nuestro Señora de Guadalupe.

Son ya muchos los años en que con gran esfuerzo - juntamente con nuestros pastores (los fundadores y los que luego vinieron) y con el impulso de ellos - sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos iniciamos y continuamos con esta hermosa y difícil tarea en el Seminario. Cuántas preguntas!! Cuántas satisfacciones!! Cuánta audacia!! Cuántos errores!! Cuántas correcciones fraternas!! Cuántas incomprensiones fraternalmente superadas!! Como no dar gracias a Dios por todo eso!!!

Evidentemente no es una mirada nostálgica lo anterior sino la “carga vital” que se torna en desconcierto y rechazo frente a lo que se dice del Seminario y del Sur Andino en estos últimos tiempos. Desconcierto porque es difícil entender cómo se pueden hacer juicios tan categóricos y fríos por parte de hermanos que con sólo estar unos cuantos meses entre nosotros ya tienen una idea formada sobre la totalidad de la Iglesia en la región: ¡Acá no se hizo nada”, “No se ha hecho catequesis sino sociología” “la iglesia acá ha hecho daño” o declaraciones sobre la fe y moralidad de nuestro pueblo como la que ha sido publicada por la no siempre veraz agencia de noticias ACI…podríamos hacer una lista de las cosas que llegan a nosotros por medio de laicos que no entienden que sus pastores puedan expresarse tan negativamente sobre la larga vida de nuestra iglesia en el sur andino. Sobretodo cuando tenemos siempre presentes las palabras de Jesús “entre ustedes no sea así” (Mc. 10,43) cuando se refiere a las relaciones de poder mal llevadas.

Y rechazo porque lo que estamos defendiendo no son frías ideas, formulaciones, teologías o “ideologías” (como si no las tuvieran quienes emiten esos juicios!!!) sino VIDA, y vida de FE de nosotros como sacerdotes y de nuestro pueblo a quien con extrema simplicidad se le tilda de pagano y “sin gracia de Dios”. Si fueran solo ideas o formulaciones frías no tendrían la natural carga de pasión que viven muchos de nuestros hermanos hoy que se sienten maltratados. Menos mal, la gracia del Señor Jesús nos vuelve mas humanos y no fríos administradores de la misma!!!.

La experiencia del Seminario, al igual que todas las otras experiencias del Sur Andino respondían y responden a la fuerza del Espíritu que la iglesia experimentó en el Concilio Vaticano II. Por eso se puso en práctica la pastoral de conjunto que el Concilio propiciaba, ese el motivo de nuestra presencia como profesores en Chuchito a pesar de no pertenecer a las Prelaturas que avalan la institución. Creemos, sin embargo, que las últimas cosas vividas no son sino intentos de querer no solo frenar sino incluso negar (aunque se diga lo contrario) lo formulado en la iglesia en dicho Concilio.

Hoy hay corrientes dentro del seno de la Iglesia con ideologías contrarias al Evangelio. Según el teólogo José Ignacio González Faus:”La Iglesia se instala así en un “arrianismo eclesiológico”, que concibe como teofánica la autoridad y no la comunión. Y que al movimiento intratrinitario de dar y recibir lo sustituye por un movimiento pagano de imponerse y someterse, que acaba falsificando las dos palabras más propias de Dios para nosotros: Padre e Hijo. O que llama “comunión” a lo que es una mera imposición. Dios ya no es Padre (o madre) “porque da la vida” sino por que “manda”. (Cfr.”CALIDAD CRISTIANA. Identidad y crisis del cristianismo” José Ignacio González Faus. Sal térrea. Santander 2006 P.199)

Dicho esto queremos comunicarles que el próximo año no seguiremos enseñando en el Seminario, nuestra renuncia es una protesta porque las perspectivas del Seminario van por una dirección totalmente contraria a la que hasta ahora tenia, por otro lado no es bueno para los alumnos que se les confunda con posiciones contrarias en las clases y no porque no sea sano el contrarrestar posiciones sino por la forma excluyente y hasta ofensiva con que se tratan las diferencias. Pero hay una fuerte razón mas, nuestra posición de profesores de teología en el Seminario se ajusta en su totalidad a las reflexiones que Mons. Ratzinger afirmaba en una de sus obras “ la verdadera obediencia, no es la obediencia de los aduladores, que evitan todo choque y ponen su intangible comodidad por encima de todas las cosas. Lo que necesita la Iglesia de hoy y de todos los tiempos no son panegiristas de lo existente, sino hombres con quienes la humildad y la obediencia no sean menores que la pasión por la verdad, hombres que den testimonio a despecho de todo ataque y distorsión de sus palabras” (Cfr., J. Ratzinger, EL VERDADERO PUEBLO DE DIOS, Herder, Barcelona, 1972, p. 293).

Entre las acusaciones que se hacen a la Iglesia en el Sur Andino es el haberse identificado con la Teología de la Liberación, sería bueno recordar que con fecha 1 de septiembre de este año, la Conferencia Episcopal Peruana ha enviado a todas las diócesis un documento oficial sobre la teología del P. Gustavo Gutiérrez no sólo dando por “cerrado el tema sobre algunos aspectos de su obra” sino afirmando desde el dicasterio vaticano de la Doctrina de la Fe que no existe ninguna objeción “teológico- pastoral” sobre su teología. Curiosamente dicho texto no ha sido repartido por los obispos de nuestra región a los “sacerdotes, religiosos y fieles” a quienes también va dirigido dicho documento. Si se tratara de la Infancia Misionera, del rezo del rosario o de alguna rúbrica litúrgica se repartiría con una velocidad inusitada. Quede claro que no tenemos ningún tipo de problema con estos 3 últimos temas ya que los trabajamos también en nuestras parroquias, pero sí nos admira el filtro que tienen algunos documentos como este último que hacemos mención.

Evidentemente no queremos poner en tela de juicio las decisiones que los obispos tomen sobre el seminario, no nos corresponde hacerlo dado que no pertenecemos a las Prelaturas pero además porque somos fundamentalmente hombres de iglesia. Pero es casualmente por esto último que nos parece que es importante decir que el ejercicio del rol de maestros que tienen los pastores no debe ser confundido con el rol de “watchdogs” (perros policías). Nos tomamos la libertad de hacer esta calificación por que es al pie de la letra la palabra que hace escasos días el señor Nuncio Apostólico de los Estados Unidos dijo a los miembros de la Conferencia Episcopal Norteamérica. Si se considera ofensiva habría que recriminárselo a él. (Cfr. “Nuncio tells bishops to be teachers, not watchdogs” The Tablet 18.11.2006 www.thetablet.co.uk/articles/8938/).

Esta carta la dirigimos a ustedes y corresponde solo a ustedes darle el uso que vean conveniente. Sí les pedimos que expliquen a los seminaristas nuestra posición. No nos gustaría que ellos interpreten nuestra posición como un huir de la situación. Nada de eso. Queremos que vean en nosotros a personas coherentes con lo que piensan y viven. No admitimos que tan graciosamente se diga que no hemos hecho nada y que hemos hecho cosas sociales y no evangelización. Toda nuestra vida no hemos hecho otra cosa que hablar de Dios, para eso somos sacerdotes. No son nuevas algunas de esas observaciones, la diferencia es que la mayoría de pastores anteriores, a quienes también les habían insinuado esas ideas, fueron fraternos y flexibles para poder entender los que hemos venido haciendo como Iglesia. Hoy tenemos la convicción de un hermetismo que no admite otras posiciones, casi como los artefactos eléctricos modernos que vienen “sellados” sin admitir ningún tipo de reciclaje. Casualmente porque nosotros no estamos “sellados” no admitimos el “usar y botar”. Cerramos con esta decisión un momento largo e importante de nuestras vidas sacerdotales y que volveríamos a repetir por que hemos aprendido mucho de ella. Que los seminaristas sepan que tendrán en nosotros amigos, hermanos mayores, compañeros de trabajo, tienen que saber que seguiremos defendiendo el ser Pueblo y ser Iglesia en las culturas quechua y aymara, el protagonismo de los campesinos y pobres de nuestra región. Nuestras casas y nuestro tiempo estarán a disposición de ellos las veces que lo deseen. Les pedimos les trasmitan estos sentimientos y convicciones.

Finalmente queremos agradecerles a ustedes por su trabajo, que como lo conocemos, lo consideramos valioso. Gracias por todo lo que han hecho y hacen, gracias por las veces que nos consultaron y por las veces que recibieron con tranquilidad las eventuales críticas que les hemos hecho. Y claro nos seguiremos viendo como todos estos años en todas las hermosas cosas que tenemos entre manos.

A pesar del tono que por ratos tiene esta carta, les renovamos nuestro optimismo en el futuro de nuestra Iglesia y de nuestro pueblo. No es una mera ilusión es una convicción que nos viene de la fe en el Resucitado.

Sus hermanos y amigos.

Marcos Degen Dublín C.E.000287230

Juan Gnaldi Codeschi

Luis Edmundo Zambrano Rojas, DNI 01230663

Luis Jesús Lopez Rivera C.E.000254129

Manuel Antonio Vassallo Pastor DNI 07791642

sábado, 6 de enero de 2007

Pena y desconcierto


Sobre el obispo Juan Godayol emérito de Ayaviri en Perú

Francisco González Hernández OP, obispo de Puerto Maldonado

Pena. Mucha pena y desconcierto. Cuando el segundo o tercer día de la última Asamblea Anual de Obispos nos incorporamos por la tarde, sobre cada sitio de cada uno de los obispos había la fotocopia de una carta de Mons. Juan Godayol Colom donde nos explicaba que, desde la Nunciatura, se le había pedido que pidiera la dispensa del ejercicio del su episcopado en Ayaviri por "motivos de salud".

Su "enfermedad" era la altura de la sierra puneña. Su médico le había pedido que sería conveniente para su corazón, que viviera en una zona del país mas baja. Y había esas zonas, el Obispado de Ica, que quedará vacante dentro de un año, y el Obispado de Lurin, donde este mismo año cumple la edad límite (75 años) Mons. Gurruchaga, quien sí está realmente enfermo y merece su jubilación.

Entendimos muy bien que, a ti, Mons. Godayol, no se te había pasado ni por lo más remoto pedir la dimisión. Además, tú que eres salesiano, hubieras sido un candidato ideal para tomar el relevo a tu hermano salesiano Mons. Gurrruchaga.

Con 65 años que tienes, te quedaban diez por delante en tu desempeño episcopal, como ese que has realizado en Ayaviri, fructífero, valiente, junto al pueblo, querido por todos, por los jóvenes, con quien tanto has trabajado, por los campesinos, por las comunidades cristianas y grupos parroquiales, por tus sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas. Que vayan, que pregunten, que escuchen a quienes sintieron tu pastoreo cercano, comprometido, encarnado.

Empezaba diciendo que sentía mucha pena y desconcierto. Pena porque nadie de los demás obispos dijimos nada, ni se planteó nada, ni se pensó que aquello que se te obligaba a hacer, no tenía sentido, al menos yo no alcanzo a verlo. Se te veía dolido, expulsado, obligado a irte, y supongo que por tu cabeza pasaría, en algún momento, si tus hermanos obispos te darían oportunidad para que explicaras tu situación. Pero no lo hicimos. Te hemos visto partir de la casa y parece que no nos ha dolido a nadie tu marcha. Qué tal familia en la que habías estado.

El desconcierto me viene al hacer comparaciones. La diócesis de Puno está tan cerca de la tuya que no puede dejar de ser punto de referencia para ver la enorme, abismal, brutal diría yo, diferencia entre el respeto sumo que se le tiene, tanto desde la Conferencia Episcopal como desde la Nunciatura, a la persona y actuaciones de su Obispo, y lo que contigo se ha hecho.

Mons. Carrión tres años sin aparecer por las Asambleas Episcopales, nunca aclaradas actuaciones en el tema de las famosas Cartas contra el Cardenal y el Nuncio, irregularidades varias a su paso por la administración de la propia Conferencia Episcopal, oídos sordos a las múltiples llamadas, cartas y visitas de otros obispos, hasta del propio presidente de la Conferencia, suplicándole para que asistiera a las Asambleas de obispos -me pregunto donde habrán quedado la comunión y la colegialidad episcopal-.
Todos sabemos del desconcierto de una mayoría de la Iglesia del pueblo de Puno, con manifestaciones y manifiestos pidiendo su renuncia. Los religiosos y religiosas que allí laboran no salen de su asombro ante las actitudes y relaciones, digamos desconcertantes, que el Obispo mantiene con sus fieles. Y ¿qué? Pues nada, al parecer él tiene muy buena salud o, quizás, haya que pensar que tiene muy "buenos argumentos" que lo hacen intocable.
En menos de un mes, Mons. Godayol, se ha hecho efectiva tu renuncia desde Roma; que duda cabe que en esto parece que hemos mejorado bastante. El señor Nuncio nos escribe a Nuestra Excelencias que tiene el honor de comunicarnos que tu renuncia ha sido aceptada en Roma. Esto el viernes 17 de febrero, y en la misma Carta Reservada se nos comunica que el nombramiento del nuevo Obispo de Ayaviri se hará al día siguiente, sábado 18. Yo sólo sigo sorprendiéndome de la rapidez y efectividad en estos acontecimientos.
Y me vuelvo al Evangelio de Jesucristo, y releo la parábola del hijo pródigo, el que se fue, el que no viene a casa, y veo el amor y la alegría del Padre cuando llega, y quiero seguir aplicándola en nuestros días, entre nosotros, y hacerlo con júbilo, con corazón, hasta sin pedir cuentas, como Él.

Hacer una fiesta en nuestra Conferencia Episcopal cuando el hermano ausente llegue, cuando tú, Mons. Jorge Carrión, vengas a la casa y te sientes de nuevo entre los tuyos, y que sientas el calor, la acogida, el gozo de tus hermanos. Si no hacemos esto no hacemos el Evangelio, y si no hacemos el Evangelio estamos perdidos.

Pero con Mons. Godayol hemos cambiado la parábola, en la casa del Padre, además del hijo pródigo y del mayor que siempre se queda, hemos añadido un tercer hijo: el hijo al que se le echa, a quien se pide que se vaya. Yo creo que, este padre, se aleja bastante del Padre que Jesús nos presenta cuando actúa de tal manera.

Gracias Mons. Juan Godayol por tus 14 años como Obispo y tus 45 años como misionero salesiano en nuestro Perú. Y gracias por tus deseos de seguir sirviendo humildemente a la iglesia universal allá en tu tierra de Cataluña. Suerte y que el Dios del perdón y de la Vida te siga inundando con su plenitud tu corazón, porque Dios es Amor, como tan hermosamente nos ha recordado el Santo Padre.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Nueva situación eclesial en la Prelatura de Ayaviri (Puno, Perú)

¿Qué está sucediendo con nuestra Iglesia Peruana? Lo cierto es que experimentamos y percibimos una fuerte preocupación en cuanto a nombramientos de Obispos porque salvo excepciones, no conducen ni a la comunión, ni al esfuerzo que la Iglesia Católica está llamada a hacer para que su testimonio evidencie su claro testimonio y fidelidad a su único maestro el Señor Jesús. Los medios de comunicación como en ningún otro momento se manifiestan críticos ante una manera de actuar sumamente autoritaria que como católicos nos desacredita.

En particular en este momento nos queremos referir a la Iglesia del Sur andino, una Iglesia que ha buscado ser fiel a su misión en estos cincuenta años en una realidad marcada por la extrema pobreza y la violencia política. Cómo no agradecer a los pastores que supieron comunicar su fe y su esperanza y su espíritu de comunión con todos. Juntos como pueblo de Dios fuimos avanzando entre luces y sombras, en aquellos trágicos años de la violencia terrorista, pero también resistiendo al olvido de los diferentes gobiernos de turno a una realidad de miseria que en las últimas elecciones del País, se ha evidenciado clamorosamente. Esos pastores que asumieron el Vaticano II, pisando el barro y mezclándose con la gente, hoy ya no están.

Los nombramientos de Obispos al menos en el sur andino por ser lo que más conocemos y vivimos nos están llevando a una situación que a veces nos resulta insostenible. Un verdadero pastor no puede estar lejos de la bondad y misericordia con la gente que ha trabajado tantos años en esté país en el que se ha entregado la vida, con muchas fallas quizás pero con entrega incondicional en situaciones nada fáciles en cuanto a la geografía, distancias, etc. En medio de este pueblo pobre y sencillo, los que vinieron de fuera y los que nacimos al calor de esta Iglesia hemos sido felices.

Relatamos algunos hechos que para nosotros no son intrascendentes que pueden explicar de alguna manera el malestar que hoy sentimos:

Desde el 30 de abril del 2006, día en el que Mons. Kay Martín Schmalhausen Panizo, scv tomó posesión como Obispo Prelado de la Prelatura de Ayaviri, los agentes pastorales de la prelatura vivimos una nueva situación eclesial. Situación que se caracteriza por una actitud adversa del nuevo obispo y los miembros de la Sociedad Apostólica “Sodalitium Christianae Vitae” a la cultura de esta región andina, al estilo de vida de la Iglesia de Ayaviri y la misión realizada hasta este momento por todos los que hemos dejado lo mejor de nuestra vida aquí.

En lo que refiere a la vida de la Iglesia, el día anterior, 29 de Abril, a su toma de posesión canónica, los agentes pastorales sacerdotes, religiosas y laicos expresamos nuestro saludo y acogida a nuestro nuevo pastor y le invitamos a visitar nuestras respectivas comunidades y Parroquias. La invitación fue aceptada por el Sr. obispo y las está realizando; sin embargo durante las visitas y en diversas ocasiones empezamos a percibir en el nuevo obispo y sus acompañantes una actitud de ignorar a los agentes pastorales especialmente a los laicos como los catequistas y animadores cristianos. Durante sus visitas el obispo priorizó su visita al párroco y a las autoridades civiles locales. Nos duele como personas que hemos trabajado codo a codo con nuestros hermanos andinos esta forma de proceder porque amamos al Perú, pero somos conscientes del racismo que existe y que esta actitud de ignorar a la gente del lugar puede ser no sólo interpretada sino sentida como discriminación.

Lo que mas nos sorprende y duele son las decisiones hostiles que el Sr. obispo a tomado con algunos sacerdotes:

- El P. Luis Humberto Béjar Assaf, (argentino) director del preseminario “Casa San José”, se sintió forzado a retirarse por las condiciones impuestas por el obispo y el 14 de Julio de este año abandonó la prelatura.

- El P. Otto Brun, (Suizo) párroco de la parroquia San Francisco de Ayaviri, fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Crucero, una parroquia geográficamente difícil para un sacerdote de 68 años; por lo que a solicitud de los sacerdotes fue trasladado a la parroquia Santa Cruz de Orurillo

- Al P. Francisco Fritsch, (Francés) párroco de la parroquia Santa Catalina de Antauta, le rescindió el contrato a pesar de que él deseaba continuar prestando sus servicios sacerdotales y a pesar de necesidad de sacerdotes en la prelatura. A este sacerdote con 33 años de servicio a la prelatura, el 29 de Junio el obispo le entrega la carta fechada el siete de Junio y le da un plazo de tres meses para abandonar la prelatura. En la carta se afirma que esta decisión es tomada en acuerdo con Mons. Doré, obispo del P. Francisco en Francia, lo que según el P. Francisco no es verdad.

Conocida la decisión, el 12 de Julio los sacerdotes en nombre de todos los agentes pastorales de la prelatura pidieron por escrito al obispo una audiencia solicitándole que les informe sobre las razones de la salida del P. Francisco y su reconsideración. Lo que se volvió a solicitar en la reunión del obispo con los sacerdotes el 17 de Agosto; el obispo se negó a dar a conocer las razones y ante la insistencia de los sacerdotes señaló que su salida no se debía a su labor pastoral ni mucho menos a su situación personal.

Posteriormente, y con mucho dolor pero en actitud de obediencia, se fijó la fecha de su despedida de la parroquia de Antauta y de la Prelatura de Ayaviri para los días 29 y 27 de Septiembre respectivamente, el obispo desde Roma mediante carta fechada el 10 de Septiembre le comunica el 21 de Septiembre al P. Francisco que debe abandonar la prelatura el 22 de Septiembre, posteriormente acepta la misa de acción de gracias en Antauta para el día domingo 24 de Setiembre pero le pide que se abstenga de celebrar la misa el día 27 en la catedral de Ayaviri. La misa tuvo que celebrarse con la autorización del P. Pablo Habing, Vicario General, porque las invitaciones habían sido hechas con anticipación y no se conocían las últimas decisiones del obispo. Por todo lo sucedido con este sacerdote los agentes pastorales de la prelatura pensamos que no es una recensión de contrato sino un despido. ¿Por qué?

Y en cuanto a la pastoral realizada hasta este momento, no entendemos el por qué un Pastor que viene nuevo a esta realidad, así como sus colaboradores, no mostraron ningún interés en preguntar qué se ha estado haciendo hasta ahora, porqué se ha desarrollado la pastoral de una determinada manera; a qué desafíos responde el plan pastoral (1998) qué anima este servicio pastoral; qué resultados, dificultades o deficiencias tenemos.

Nos entristece el que no tuvo en cuenta para nada nuestra organización generada a base de mucho esfuerzo, dada la realidad andina difícil para la comunicación, por las grandes distancias. Lo que hizo fue convocar a reuniones por separado sólo a sacerdotes y religiosas y no a reuniones en conjunto como había sido la práctica hasta el momento; ignora y se puede pensar que no admite la organización por zonas, sus respectivos vicarios pastorales a quienes nunca ha convocado, y sus reuniones de coordinación zonal. Tampoco permite que los agentes pastorales participen en encuentros fuera de la prelatura; pero, envía a los mismos a personas de su entorno a pesar de que son personas recién llegadas y no conocen el pueblo ni la Iglesia de Ayaviri.

Nos duele que en las visitas, encuentros o entrevistas personales los comentarios sobre la pastoral realizada en la Prelatura de Ayaviri generalmente son negativos como “No se ha evangelizado”, “Se ha hecho daño a la gente”, “La pobreza moral de los pobladores”. Quizá estas actitudes ilustra mejor la noticia difundida por la agencia de prensa ACI el 10 de Octubre del 2006 desde Königstein, Alemania bajo el título: “Obispos refuerzan cuidado pastoral frente a ideologías en sur peruano”. En ella nuestro obispo Mons. Kay Martín y Mons. José María Ortega, obispo de la prelatura de Juli, habrían afirmado ante la AIS (organización de Ayuda a la Iglesia que Sufre): “…afrontar las secuelas de décadas de ‘mucha ideología’”…”durante las tres décadas pasadas ‘los intereses sociales’ se han enfatizado demasiado en desmedro del cuidado pastoral para las poblaciones indígenas”.

Nos sentimos muy desalentados ante todo esto que narramos por necesidad de ser escuchados, comprendidos. Somos sacerdotes, religiosas y religiosos que amamos a la Iglesia y queremos que se abra un diálogo, no podemos vivir de prejuicios mutuos, creemos haber hecho muchos esfuerzos por nuestra parte. Indudablemente todo trabajo humano tiene sus limitaciones y es posible que en nosotros haya habido aspectos a mejorar, pero nada se logra con posturas intransigentes que no sólo nos hacen daño a quienes tenemos un compromiso directo con la evangelización sino que el pueblo empobrecido queda afectado y no creemos que nuestra postura tenga que ser el silencio. No es fácil ser evangelizador en este tiempo y cuánto más si sólo podemos percibir desconocimiento de todo lo que hasta ahora humildemente hemos vivido y realizado. Nos preguntamos ¿qué hacer en esta situación? ¿Cómo vivir el amor del que nos habla cotidianamente el evangelio y que ha sido reflexionado tan profundamente por nuestro actual Papa Benedicto XVI?.

El sur andino como Iglesia está padeciendo; los prejuicios y las determinaciones de nuestro actual pastor. Estamos dispuestos a continuar colaborando en el anuncio del Reino entre los más pequeños y olvidados, pero queremos también que se nos considere personas humanas, con derecho a manifestarse como adultas y a ser respetadas y no arrancadas de nuestra realidad, ni negadas porque esto sólo nos lleva a perder energías frente a la vida y misión de la Iglesia de Ayaviri. Porque como bien dice San Pablo “Llevamos este tesoro en vasijas de barro”

Finalmente ante todo lo vivido, los agentes pastorales solicitamos por escrito al obispo una audiencia para expresarle nuestras preocupaciones. El obispo aceptó la reunión pero sólo con los sacerdotes. La reunión se llevó a cabo el 17 de Agosto. En ella el obispo dio por no recibida la carta por considerarla como instrumento de presión y manipulación. Es decir, no se llegó a ninguna solución.

Teniendo en cuenta que los religiosos y religiosas presentes en esta realidad sufrimos las consecuencias, pedimos que la Conferencia de Religiosos de Perú tome en cuenta estos hechos y nos ayude a un diálogo eficaz.

Ayaviri, noviembre del 2006


P. Hilario Huanca Mamani ss.cc.